sábado, 28 de marzo de 2015

HISTORIA 1: ORÍGENES DE CILLEROS DE LA BASTIDA Y QUILAMAS

Celtas, romanos, visigodos, cristianos, aragoneses, asturianos, franceses, falangistas, rojos, maquis, ... ¡¡ De cuántas razas, de cuántas religiones, de cuántas ideologías políticas serán testigos mudos las piedras de granito que aún se pueden ver y tocar en estos lugares donde las rocas que abundan no son las graníticas sino las pizarras y las cuarcitas.
Toda esta mezcla de culturas foráneas con los primitivos pobladores de la zona de Quilama y Cilleros de la Bastida ha dejado claras influencias en la arquitectura popular y religiosa y en las fiestas y tradiciones.
Según algunos historiadores griegos y latinos los primeros pobladores extranjeros por estas zonas y por casi toda la geografía española fueron los Celtas allá por los años 1.700 a.de C.
De esa visita tampoco se libró Quilama y Cilleros de la Bastida y posiblemente el lugar que se denomina El Castillo fuera un castro celta, la fuente que brota en una de las laderas se llama precisamente la "Fuente del Castro", aunque algunos entendidos dicen que los Celtas no construían sus castros tan grandes.


Posteriormente fueron los romanos los que se dieron algunos paseos para admirar la belleza de la zona pero no a trabajar en ella ya que era más fácil sacar los minerales de la zona del Cabaco en las famosas Cabenes del pueblo vecino. Hay quien dice que si la famosa y misteriosa Cueva de la Buitrera fue una mina de cuarzo blanco explotada en la época romana pero nadie a podido hasta hoy confirmarlo con documentos.
Los siglos continúan su marcha y cuando mejor salud tenía España bajo el dominio de los visigodos, allá por el siglo VIII, los árabes irrumpen en la Península Ibérica y a partir de ese momento y hasta el año 1492 toda España entra en una actividad frenética de luchas y batallas entre los reyes cristiano-visigodos y los seguidores de Alá y su Guerra Santa.
De esa época son todos los restos de fortificaciones y edificaciones hechas de granito, pizarra y cuarcita que se encontraron en diferentes lugares y que los pastores aprovecharon como sus majadas y posteriormente labradores y repobladores utilizaron para edificar sus viviendas. Todas las piedras de granito colocadas en umbrales y en dinteles, en hogares y en chimeneas de muchos de los pueblos cercanos procedían de esos restos.
En julio del año 711 el Rey don Rodrigo fue derrotado en la Batalla de la Janda (Wada-Laka) o del Río Guadalete y tiene que retroceder en su intento de expulsar a los árabes de la Península.
Entre periodos de tregua y periodos de luchas don Rodrigo conoce a una princesa mora, llamada Cava y prometida de príncipe moro Aquila. Don Rodrigo consigue traerla hasta Toledo donde la hizo reina.
Durante dos largos años don Rodrigo y la mora Cava tienen que ocultarse en estas sierras de los partidarios de Alá que buscaban a su princesa. La mayor parte del tiempo su escondite es la fortificación del Castillo de Quilama muy difícil de asaltar por la orografía tan abrupta del lugar.
En el año 713 el mismísimo y famoso caudillo árabe Muza dirige sus tropas hacia estos lugares y derrotan al ejército cristiano-visigodo en la Batalla de Segoyuela de los Cornejos, pueblecito a pocos kilómetros de la Quilama, y don Rodrigo, malherido, se refugia en el Castillo. Los moros tratan de asaltar el castillo utilizando "bastidas".
El rey visigodo, no se sabe cómo, logra transpasar las líneas enemigas y escapa al vecino país portugués muriendo en Viseo.
Los árabes entran al fin en el Castillo, pero no encuentran ni a don Rodrígo, ni a la princesa Cava, ni los tesoros que se creía había traído don Rodrigo desde la capital del reino, Toledo, para su princesa Cava.
Nada se volvió a saber de la princesa mora. Unos dicen que fue llevada a la fuerza con Aquila. Otro dicen que murió en el asedio al castillo. Otro dicen que escapó por una salida secreta del castillo que podría ser la famosa cueva de la Buitrera o Cueva de la Cava, como la denominan algunos.
Otros dicen que murió de tristeza por la muerte de su amado Rodrigo. Pero nadie sabe a ciencia cierta qué fue de la princesa o a dónde fue. Lo que sí es cierto es que partir de aquellos tiempos comenzó a correr por la zona primero y luego por toda España la leyenda de la "Reina de Quilama" que luego transcribiremos.
Como consecuencia de tantas escaramuzas, asedios y batallas van naciendo pequeños asentamientos de personas en la zona dedicados a diferentes menesteres en ese mundo de luchas. Uno de esos asentamientos fue lo que después sería el pueblo de La Bastida donde se fabricaban las máquinas "bastidas" que servían para asaltar castillos. Otro de los asentamientos fue un grupo de edificios destinados a guardar el grano “cillero*”  y los caballos que posteriormente daría origen a Cilleros del que hablaremos en otro capítulo de la historia.

(Fuente: Web “Quilama y Cilleros de la Bastida” creada por Emiliano Alonso)

NOTA DEL AUTOR: La Real Academia de la Lengua Española define la palabra “cillero” con dos significados:
1. Bodega, despensa o sitio seguro para guardar algunas cosas.
2. Hombre que tenía a su cargo guardar los granos y frutos de los diezmos en la cilla, dar cuenta de ellos, y entregarlos a los partícipes.


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