Camino de Salamanca a Extremadura, la rectilínea
llanura salpicada de encinas del Campo Charro, donde pastan las reses bravas,
se comienza a tornar curva en las Sierras de Tamames, Navarredonda y Linares de
Riofrío que son las que le comunican al visitante que ha llegado a la Comarca
de la Sierra de Francia por el norte.
Google Maps: http://bit.ly/1FF9vLQ
Por el suroeste son también las líneas curvas, esta
vez más pronunciadas, de la Sierra de Francia con su emblemática Peña del mismo
nombre, quienes le anuncian al viajero procedente del sur que está llegando al
paraje que busca no sin antes pararse unas horas en La Alberca y pasear por
entre el olor añejo de sus apretadas calles.
Por el oriente son las estribaciones de la Sierra de
Béjar las que se retuercen una y otra vez para dejar paso al río Alagón que
nace unos pocos kilómetros más arriba y recibe el humilde caudal que le brindan
los dos arroyos trucheros de los dos profundos valles, el del río Quilama y el
del río La Palla, separados por la imponente mole denominada “el Castillo de
Quilama”, cuyos restos todavía se pueden ver en el propio lugar y diseminados
entre las paredes de casas y corrales de los pueblos cercanos, incluyendo, como
no, a Cilleros de la Bastida.
Y por el poniente, el río Yeltes, que nace unos
cientos de metros más arriba de Cilleros, y para llevarle la contraria a los
dos anteriores, decidió hace miles de años cederle sus aguas, junto con el río
Huebra, al castellano río Duero en la misma frontera con el vecino país
Portugal.
Y como habrá quedado alguna duda y, además, como vale
más una imagen que mil palabras pues podéis echarle un vistazo a las que
acompañan a estas palabras.
(FUENTE: Página WEB “Quilama y Cilleros de la Bastida”
creada por Emiliano Alonso)
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